Dada la diversidad lingüística y cultural que existía en la península Ibérica en la Edad Media, las primeras manifestaciones de poesía lírica son dispares y con influencias varias.
Se sabe que algunas de ellas existieron tiempo atrás, aunque solo se conserven manuscritos del siglo XV como es el caso de la lírica castellana.
ORÍGENES DE LA LÍRICA PENINSULAR: LÍRICA POPULAR
La cultura popular ha tenido siempre un férreo arraigo en la tradición.
En la Edad Media, cuando la cultura escrita prácticamente se recluyó en los monasterios, el pueblo iletrado continuó, como siempre lo había hecho, manifestando sus sentimientos, sus problemas, su vida cotidiana, en definitiva, en formas expresivas sencillas y directas.
Las composiciones de esta época eran COLECTIVAS, ANÓNIMAS Y SU TRANSMISIÓN ERA ORAL.
Ello conllevó que se recurriera al verso, más fácil de memorizar y que además iba acompañado de música.
Otras características de esta lírica popular, relacionadas con su origen y transmisión, son su CONCISIÓN y su capacidad de SUGERENCIA: al tratarse de poemas que habían sufrido un proceso de selección en su elaboración, el resultado era una cancioncilla breve, sugerente e incluso enigmática, ya que algunos elementos se daban por sobreentendidos. De ahí, que en la actualidad, resulte necesario conocer el contexto en el que se produjeron para conocer su significado.
El tema dominante de esta lírica popular era la relación amorosa cantada mediante una VOZ LÍRICA FEMENINA. De este modo, una joven mostraba sus sentimientos de forma apasionada, por lo general a un interlocutor presente en el texto: a la madre, a la naturaleza y, de forma muy habitual, al propio amado. A pesar de la brevedad de las composiciones, el componente erótico solía tener un papel importante en estas canciones, aunque quedara enmascarado tras metáforas y símbolos.
En la lírica popular de la península se distinguen tres tradiciones, cada una de ellas vinculada a una zona geográfica y a una lengua distintas: las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo gallego-portuguesas y los villancicos castellanos.
El principal problema con el que nos encontramos para conocer la literatura medieval es la escasez de textos:
Debido a que la inmensa mayoría de la población era analfabeta (os recuerdo que en un primer momento sólo monjes y clérigos se dedicaban a leer y escribir), la mayoría de las producciones literarias, sobre todo hasta el siglo XIV tienen un carácter oral (se dicen o se cantan, y se conservan en la memoria) y tradicional (van pasando de generación en generación, y modifcándose, como parte del folclore o cultura popular), y por lo tanto se han perdido.
Sólo nos han llegado textos cuando hubo autores cultos (que siempre eran nobles) que por un motivo o por otro se decidieron a ponerlos por escrito.
Y esto, en la Península, sucedió en tres momentos distintos en tres zonas también distintas:
- Primero, en Al-Ándalus, durante los siglos X-XII, en los que poetas cultos árabes y hebreos incluyeron al final de unos poemas en árabe o hebreo denominados moaxajas unos versos en mozárabe (tres, cuatro o cinco) que recogían las cancioncillas que cantaban los mozárabes, es decir, los cristianos que habían quedado viviendo bajo dominio árabe; las JARCHAS MOZÁRABES: son breves poemas amorosos en los que una voz femenina expresa sus sentimientos de amor por un amado al que muchas veces denomina habib ("amigo, amante" en árabe) Frecuentemente habla con su madre o sus hermanas y lamenta la ausencia de su amor.
Son los textos literarios en lengua romance más antiguos de los que disponemos y no se descubrieron (o descifraron) hasta mediados del siglo XX. - En segundo lugar, en el siglo XII y en el Noroeste peninsular (la zona de la actual Galicia y Norte de Portugal), surgió toda una corriente de trovadores (poetas cultos, que hacen poesía para nobles que viven en castillos y cortes) que aparte de poemas cultos inspirados en el amor cortés provenzal recogieron y escribieron poemas que imitaban el estilo de las canciones populares de la zona: las Cantigas de Amigo.
LAS CANTIGAS DE AMIGO galego-portuguesas tienen rasgos comunes con las jarchas: son también canciones de amor femeninas, dirigidas a un "amigo" (de ahí el nombre del género), en las que la voz poética también habla con su madre, sus hermanas, sus amigas o elementos de la naturaleza (el mar, las olas, los árboles, la fuente) que suelen ser además un elemento importantísimo en el poema. Es muy característica la estructura paralelística: las estrofas presentan versos con la misma estructura sintáctica en la que varían sólo algunas palabras. - Y en tercer y último lugar, en la zona de Castilla no surgirá una corriente de poetas nobles y cultos hasta el siglo XV.
Será entonces cuando se recojan por escrito lo que seguramente llevaba siglos circulando oralmente: los villancicos, las canciones populares y cotidianas castellanas que también se conocen como lírica tradicional.
LOS VILLANCICOS castellanos son composiciones castellanas muy sencillas y breves, con una gran variedad de temas que comprenden todos los aspectos de la vida cotidiana: hay canciones de siega, de viaje, de trabajo, de boda... y por supuesto de amor, en la que se repiten algunos tipos, como la malcasada (poema en que una muchacha lamenta el matrimonio, que solía ser concertado y no por amor), o el alba o albada (en la que los amantes lamentan la llegada del amanecer y por tanto, la separación).
La métrica suele ser muy sencilla (versos cortos, rima asonante) y es característica la presencia de un estribillo: versos que se repiten literalmente entre estrofa y estrofa.
Son similares a un tipo de composición andalusí (en lengua árabe) llamada ZÉJEL, que también pasó a la lengua castellana. Tenían uno o dos versos iniciales que se repiten (estribillo), y una o varias estrofas que terminan en un verso que rima con el estribillo (vuelta), para cerrarse con el estribillo de nuevo.[Adaptado de Bizarain y Diente de León.]
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