Democracias y dictaduras en Europa en las décadas de 1920 y 1930

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Este mapa muestra los diferentes regímenes políticos existentes en los países europeos entre 1922 y 1938.

El final de la Primera Guerra Mundial pareció abrir una era de libertad en Europa. Desaparecidos los imperios autoritarios, la democracia parlamentaria parecía ser la norma impuesta a los vencidos y a los nuevos estados surgidos de la contienda. A comienzos de los años veinte, en efecto, un modelo de estado constitucional, basado en gran medida en el sistema francés, se había impuesto en la práctica totalidad del continente, con excepción de Rusia, donde los bolcheviques establecían una dictadura de partido tras ganar la guerra civil. Pluralismo político y sindical, amplias libertades individuales, sufragio universal masculino y femenino..., parecían ser principios universalmente reconocidos en Europa.
Pero la situación comenzó a variar rápidamente. La crisis económica de posguerra, las reivindicaciones territoriales, las tensiones generadas por la cuestión de las minorías nacionales, la reacción de las fuerzas conservadoras ante las amenazas de reformas agrarias radicales y del crecimiento de los partidos comunistas, etc., crearon las condiciones para una sucesión de golpes de estado que frustraron las experiencias democráticas en gran parte del continente. Entre 1922, cuando el fascismo llegó al poder en Italia, y 1936, cuando el general Franco se convirtió en dictador al frente de uno de los bandos enfrentados en la Guerra Civil Española, los regímenes parlamentarios fueron cayendo uno tras otro, con la excepción de la Europa atlántica y nórdica y de Checoslovaquia que pudo mantener su sistema democrático, pese a las tensiones étnicas, hasta la desaparición misma de la república.

[Fuente: AZCÁRATE LUXÁN, B. et al. (dir.) (2011): Atlas histórico y geográfico universitario. Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, pág. 208.]