miércoles, 2 de noviembre de 2022

La Prehistoria

1. El proceso de hominización

 

Shutterstock. Iconic Bestiary. Etapas de la evolución humana (Licencia estándar. Shutterstock)

El ser humano actual es el resultado de un largo proceso de evolución que comenzó en África hace entre 5 y 8 millones de años.

Este proceso diferenció a los homínidos (el ser humano actual y sus an­tepasados), de los simios (el gorila y el chimpancé). Los homínidos se diferencian de los simios en los rasgos siguientes:

El bipedismo y la posición erguida. Les permitieron usar las manos para fabricar instrumentos.

El pulgar separado en la mano. Hizo posible sujetar más fácilmente los objetos.

El aumento del tamaño del cerebro. Incrementó su inteligencia y les permitió pensar y hablar.

Los primeros homínidos, pertenecientes quizás a los géneros Ardipithe­cus o Australopithecus, vivieron en África y se parecían a los simios.

Los posteriores, del género Homo, se consideran ya propiamente huma­nos por su aspecto y su capacidad para fabricar instrumentos.

 

2. Formas de vida en el Paleolítico

 

Bifaz procedente de Boxgrove (Sussex, Reino Unido). Foto: Paula García Medrano/DICYT.

El Paleolítico abarca el período de tiempo comprendido desde la apari­ción del género Homo, hace unos 2,4 millones de años, hasta el descu­brimiento de la agricultura y la ganadería, en el 10000 a.C.

Durante esta etapa, la alimentación de los seres humanos se basó en la recolección de frutos, en la pesca y en la caza de animales. Era, por tan­to, una economía depredadora, ya que los seres humanos no reponían los recursos que tomaban de la naturaleza.

Los instrumentos se fabricaban, principalmente, en piedra. Esta se ta­llaba, golpeándola con otra piedra para fabricar hachas de mano o bifa­ces, puntas de flecha y cuchillos.

El fuego fue uno de los principales descubrimientos de la época, puesto que permitió obtener luz y calor, defenderse de los animales salvajes y cocinar los alimentos.

 

3. La sociedad y el arte en el Paleolítico

 

Pinturas rupestres paleolíticas de Altamira (Cantabria). Imagen: ReydeKish.

La sociedad paleolítica estaba formada por tribus de unas 20 a 30 perso­nas. Estos grupos humanos se desplazaban de un lugar a otro en busca de frutos o animales para cazar. Por eso, decimos que eran nómadas.

En sus desplazamientos, habitaban en cuevas naturales, en chozas cons­truidas con troncos y ramas, o en tiendas fabricadas con pieles de animales.

Las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad se produjeron en este período. Las más conocidas son pinturas rupestres, realizadas so­bre las paredes y los techos rocosos de las cuevas, y estatuillas femeninas, que reciben el nombre de Venus.

 

4. El Neolítico

 

Vaso campaniforme de Ciempozuelos (Madrid). Foto: José Manuel Benito Álvarez.

Con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, la vida de los se­res humanos se hizo sedentaria, ya que las personas debían permanecer junto a sus campos de cultivo y sus ganados.

Así surgieron aldeas y poblados, formados, primero, por cabañas de cañas, ramas y barro, y, después, por casas de piedra o adobe.

Al crecer el número de alimentos disponibles, aumentó la población. Además, se produjo una especialización en el trabajo; es decir, cada miem­bro del grupo se pudo dedicar a una profesión: agricultor, ganadero, cera­mista, tejedor, etc. Todo ello hizo que mejoraran las condiciones de vida. Pero también aumentaron las desigualdades sociales entre las personas.

La manifestación artística principal fue la cerámica, decorada con for­mas muy variadas.


5. La Edad de los Metales y la arquitectura megalítica

 

Interior del dolmen de Menga, en Antequera (Málaga). Foto: Alejandro Pérez Ordóñez.

En este período surgieron las primeras manifestaciones arquitectóni­cas de la historia. Se conocen como monumentos megalíticos, por estar realizados con megalitos o grandes piedras.

Los megalitos tuvieron formas muy variadas:

El menhir es una gran piedra clavada verticalmente en el suelo, cuya función exacta se desconoce. A veces, los menhires se dispusieron en hileras, formando alineamientos.

El crómlech está formado por varios menhires colocados en círculo, y pudo usarse como santuario.

El dolmen es una cámara abierta, constituida por grandes piedras ver­ticales cubiertas por otras horizontales; se usó como enterramiento co­lectivo.

En algunos dólmenes existe un largo pasillo o corredor que da acceso a la cámara; por eso se conocen como sepulcros de corredor.

[Textos: BURGOS, M.; MUÑOZ-DELGADO, M.C. (2010). Ciencias Sociales 1 Educación Secundaria. Madrid, Anaya.]

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